Entrevista a Fernando Vitale, sobre el VII ENAPOL
-¿Por qué titular un encuentro hoy como El imperio de las imágenes?
-Tu pregunta me parece muy pertinente, ¿por qué ese título para el VII Encuentro Americano de Psicoanálisis de Orientación Lacaniana? Es verdad que la respuesta no va de suyo pero brevemente te puedo responder lo siguiente: como siempre, nuestras Jornadas Anuales, Encuentros Americanos y Congresos Mundiales, constituyen para los psicoanalistas de la Orientación Lacaniana la ocasión de una puesta al día, dado que nuestra práctica se renueva siguiendo las transformaciones vertiginosas de la realidad efectiva en la que la misma se desarrolla.
En ese sentido, es indudable que el título El imperio de las imágenes es una manera precisa de caracterizar uno de los aspectos más notorios de esa transformación. No decimos nada nuevo con solo afirmar las posibilidades que los nuevos dispositivos surgidos de las tecno-ciencias han permitido realizar en el mercado de las imágenes, tanto que han transformado en unos pocos años el mundo en que vivimos. Lo que tenemos que investigar en tanto psicoanalistas, son los nuevos síntomas que acompañan ese proceso. Respecto de eso, podemos constatar que paradójicamente al mismo tiempo que el sujeto contemporáneo parece tener al alcance de su mano, a toda hora y para los fines más diversos, las imágenes que se nos ocurran, lo que observamos en nuestra clínica es una dificultad creciente en el anudamiento de lo Imaginario en el armado corporal.
Tendremos que explorar por qué en esa misma civilización que despliega triunfalmente todas esas posibilidades en el campo de las imágenes, la clínica parece mostrarnos que los cuerpos nos informan de algo que hace obstáculo y que no podemos dejar de indagar.

-Si nos remitimos al estadio del espejo, ¿se observan cambios en el estatuto de las mismas en la actualidad?
-Creo que la enorme riqueza clínica de las enseñanzas que Lacan nos dejó en sus elaboraciones de eso que se hizo célebre bajo el nombre de El estadio del espejo siguen siendo hoy de un valor fundamental para un psicoanalista. Retengamos por el momento lo mínimo: la imagen de completud anticipada que captura al sujeto en la experiencia del espejo, implica al mismo tiempo el desconocimiento más profundo del cuerpo real y sus límites. Podemos afirmar que el tipo de imagen que se hace imperio, bajo la promesa del impossible is nothing, deja al sujeto cada vez más solo y sin recursos frente a los embates de lo real.
No hay que olvidar que al final de su enseñanza, Lacan reinterroga el registro de lo Imaginario planteando que frente al sin límites del empuje al goce, el único limite real, es cómo cada cuerpo encuentra la manera de poder sostener anudadas sus tres consistencias. Desde esa perspectiva, el registro de lo Imaginario que había quedado un poco olvidado en nuestras consideraciones, recobra un lugar de pleno derecho y nos abre un nuevo campo de investigación en el que poder interesarnos.
-¿Cuál sería el valor antropológico de la imagen en la institución de las sociedades occidentales, o en las que están bajo las protocolos de las lenguas indoeuropeas?
-Si hay algo que demuestra la experiencia analítica es que tenemos que poner seriamente en cuestión aquello que se querría nombrar bajo el término de naturaleza humana. Lo que me preguntás me hace pensar en un libro muy interesante que leí recientemente por sugerencia de Juan Carlos Indart. Un libro de Francois Jullien que se llama De la esencia o del desnudo. Jullien plantea allí que si hay un rasgo revelador de la aventura intelectual de Occidente tanto estética como teórica desde Grecia hasta nuestros días: ese rasgo es el desnudo. Ubica en la omnipresencia del desnudo, el intento de atrapar lo real mediante una imagen que lo diga todo, poder finalmente hacer entrar lo real en el campo de la representación; lograr verdaderamente poder contemplar lo real al desnudo. Contrapone a eso, por sus estudios de sinólogo, el hallazgo de la ausencia completa del tema en la cultura China tradicional.
Podríamos considerar una ilustración de esto en los esfuerzos comtemporáneos por medio de los cuales se pretende querer capturar por medio de neuroimágenes los enigmas del cuerpo real.
-¿Cómo relacionar esos cambios (si los hay) con una sociabilidad atravesada por la cultura digital?
-Una cuestión en la que me parece importante detenernos: si con la expresión El imperio de las imágenes nos estamos refiriendo a una transformación definible solamente en su aspecto cuantitativo o si hay allí un salto cualitativo. Jacques-Alain Miller ha planteado que la voluntad en juego detrás de esas imágenes, acarrea una lógica que es siempre de incitación, intrusión, provocación y forzamiento respecto de cualquier límite que quisiera oponérsele. El empuje al goce contemporáneo somete a los cuerpos a una ley de hierro cuyas consecuencias hay que estudiar con detenimiento. Es lo que Lacan profetizaba como el ascenso al cenit social del objeto a en tanto plus de goce, siempre dócil a vestirse de imágenes que se renuevan sin cesar.
(2015)
Fuente: Télam