06 -05- 1856 / 23 -09- 1939
Hoy se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de Sigmund Freud. ¿Qué decir que no se agregue a la serie de miles de cosas que siempre se dicen de él? Tal vez lo más evidente: nos queda el desafío de atrevernos a ser como Freud, en su posición, la de no retroceder frente al psicoanálisis mismo.
Freud puso en juego su práctica, sus errores, no tuvo miedo de hacerlo. Y fue así como se convirtió en el creador de esta experiencia que muchos atravesamos.
Freud expuso y se expuso, rectificó cuando fue necesario. Estuvo atento a los hechos, no se encaprichó: “toda teoría es gris, caro amigo, y verde es el árbol de oro de la vida” citaba una y otra vez.
Soñó con un psicoanálisis científico, sin embargo, la respuesta vino por el lado de la poesía. Nunca fue mejor entregado el premio Goethe. ¿Qué importan los Nobel capitalistas, moralistas, cobardes y caprichosos?
Nos queda a nosotros, aquellos que nos inscribimos dentro de su legado, aceptar el reto, sostener esa posición, no dormirnos en las falacias y las cobardías.
Lacan lo hizo, no retrocedió. Así fue freudiano y nos volvió lacanianos.
A ochenta y dos años de la muerte de Freud la puerta sigue abierta. Hay que atreverse a cruzarla.
Mercedes Ávila
Sebastián Digirónimo