Entrevista a Gustavo Stiglitz por Trilce Lovisolo
¿El autismo es una enfermedad?
Cuando un ser humano llega al mundo tiene un trabajo que hacer muy complicado y nos damos cuenta de eso cuando fracasa, uno de esos fracasos es el autismo. Es el trabajo complicado de tener que juntar su cuerpo con el lenguaje. Entonces es un choque muy importante que hay que resolver de alguna manera porque una característica de los seres humanos es que las palabras impactan en el cuerpo y dejan marcas. Las primeras expresiones de los adultos, cómo lo reciben, cómo lo tratan, todo está mediatizado por el lenguaje y deja marcas. Entonces para articular el cuerpo y el lenguaje cada uno de nosotros tiene un truco: se agarra de algunas de esas palabras, se hace representar con ellas, juega con algunas y no con otras y de todo lo que se habla a su alrededor elige algunas. Cada uno tuvo que inventar algo. Ese invento es absolutamente irrepetible. Una de las cosas que el psicoanálisis le puede revelar a una persona que se analiza es cómo fue que se posicionó con relación a esos otros que lo recibieron hablándolo. Visto así, el autismo es una enfermedad como la de cada uno de nosotros, que tuvimos que hacer ese invento para relacionarnos, pero en el autismo ese invento es bastante fallido. Desde el punta de vista médico es una enfermedad, también lo es desde el punto de vista educativo. Desde el punto de vista del psicoanálisis, tomando una frase de Caetano Veloso: «De cerca nadie es normal» y cada uno tiene su particularidad. Nunca un caso de autismo es igual a otro. Hay tantos tipos de autismo como autistas hay.
Los chicos autistas tienen «problemas» de conducta. ¿Es importante la difusión de esta enfermedad para que la sociedad sea más tolerante en este sentido?
No concuerdo mucho con eso. Entiendo que es una preocupación de los padres si su hijo anda por la calle haciendo cosas raras, poniéndose en peligro o comportándose con conductas bizarras, es molesto y evidentemente es más deseable que no llame la atención. Pero en realidad la conducta, sea buena o alterada en el autismo, es un emergente, es una manifestación, no es la causa del autismo, ni lo que lo caracteriza. El que quiere que se porte bien es porque ese niño representa un problema para él.
Los autistas tienen una hipersensibilidad a algunos sonidos, texturas, temperaturas… ¿Tiene que ver con algo psicológico o fisiológico?
Tiene que ver con cómo se relaciona con la lengua, porque cuando uno está bien instalado en la lengua puede hablar, puede entender, hacerse entender y muchas cosas del cuerpo se regulan. Cuando no se está sólidamente instalado en el lenguaje, el cuerpo tiene manifestaciones desreguladas. La sensibilidad es por eso. Y sobre todo son muy sensibles a la voz. La voz de los otros puede significar un trauma para el chico con autismo, puede ser algo muy intrusivo y muy violento. Por eso es común que el autista hable de distintas maneras, pero con un rasgo: borra cualquier textura que tenga que ver con la comunicación.
Si hay tantos tipos de autistas, como autistas hay, imagino que los tratamientos o las terapias deben resultar muy complejas ¿Es así?
La terapia siempre consiste en tratar de descubrir cuál fue el origen del autismo, lo que cambia es lo que se encuentra. Hay chicos que llegan con un objeto del que no se separan nunca, al que se le llama objeto autístico. Normalmente un tratamiento pensado en términos de conducta, apunta a sacarle eso pero el tratamiento psicoanalítico como ha descubierto que eso que es molesto para nosotros es lo más singular para el niño, es lo que lo unifica de alguna manera, no se lo va a sacar, sino que va a ver de qué manera se lo trata de utilizar.
Al momento del diagnóstico, ¿se puede confundir a un chico introvertido con un chico autista?
Ese chico tiene que ser muy introvertido, pero todo puede pasar. Lo que pasa es que para hacer un diagnóstico de autismo no bastan solo los observables. Hay que tratar de prestar atención a qué manejo hace del lenguaje, cómo se dirige a otros. A veces dice una frase que está bien construida pero en la que no está implicado para nada. La frase va por un lado y él va por otro. No quiere comunicar nada. El autista tiene una lucha tremenda entre el rechazo de los otros y replegarse en su mundo autista y por otro lado querer comunicarse.
Pero los chicos eligen qué palabras decir…
Usamos la expresión de la «insondable decisión» para decir que no sabemos para dónde fue eso que dijo, ni como ocurrió. Pero no en el sentido de que alguien elige, sino a la inversa. El sujeto es efecto de la elección que hubo. Es decir, alguien fue permeable o no fue permeable al lenguaje y entonces eso determina qué tipo de sujeto va a ser. Lo que se ve en sí es que los niños autistas sostienen con mucha pasión esa elección. No se trata del razonamiento, es un hecho, un acto, se decidió en ese sentido, o se puso del lado que se dejan atravesar por la lengua de los otros o se puso del lado que rechazan la lengua de los otros. Para el psicoanálisis la causa está perdida. Si hay un avance en las teorías orgánicas de las causas del autismo, está bien, pero no toca a la operación del psicoanálisis porque con problema orgánico o sin problema orgánico ahí hay alguien que va a tener que decidir qué hacer con su cuerpo, con las relaciones con los otros, etcétera.
¿Porqué el psicoanálisis no está reconocido como otras terapias?
Como psicoanalistas tenemos una hipótesis de que las políticas del mercado tienen que apuntar a lo que sea más rentable y el psicoanálisis no lo es, no genera ningún producto, es sin valor la práctica del psicoanálisis, tiene el valor subjetivo para cada uno. En cambio la industria farmacéutica sí, las terapias cognitivo-conductuales que se llevan muy bien con la industria farmacéuticas también.
¿En qué se enfoca una terapia? ¿Cómo se puede mejorar la calidad de vida de una persona con autismo?
Se trata de ayudar en que use lo mejor posible lo que él mismo ya encontró. Hay niños que son muy hábiles con los números, y bien orientados pueden hacer algo con eso.
(2015)
Fuente: El Tribuno